Ir al contenido principal

Sobre el futuro de el DRM

Los sistemas DRM (Digital Rights Management) han sido vistos por la industria musical como una posible solución al problema de la distribución digital de sus productos. El objetivo, evitar que la copia privada se convierta en método para una distribución de música fuera de su control.

El problema es que estos sistemas tienen algunos inconvenientes:
  1. Resultan bastante molestos para los usuarios ya que impiden traspasar la música a dispositivos que no acepten el DRM. Me refiero al hecho de que una persona se haya bajado una música a su iTunes, pagándola, y no la pueda utilizar en el reproductor MP3 del coche.
  2. No están estandarizados. Hay incompatibilidades de dispositivos dependiendo de fabricantes y proveedores.
  3. De momento son frágiles y hay gente muy capaz de romperlos e iniciar una cadena de distribución paralela.
  4. Una vez que las piezas de música entran en los sistemas P2P (eMule y compañía), el usuario tiene pocos incentivos para seguir comprando música con DRM (¿por qué iba a hacerlo si la puede conseguir sin ese limitador?).
Leo en el imprescindible blog de Nicholas Carr, Rough Type, un texto relevante sobre este asunto.

EMI está ensayando un modelo de venta de música online en archivos MP3 sin DRM.

El motivo está en que el modelo existente (básicamente el de iTunes de Apple) podría estar tocando techo -las tasas de crecimiento se están ralentizando-. De ese modo, si la industria musical sigue queriendo impulsar la venta de música online -y por supuesto que quieren-, no le queda otra buscar fórmulas más imaginativas y tratar de captar al público que no está dispuesto a comprar música con la restricción que impone el DRM.

Se pregunta Nicholas Carr si no es ese un modo de impulsar la "copia descontrolada". Y su respuesta es contundente: NO, porque la copia sin control de las discográficas ya existe, a raudales, y este movimiento de EMI no hace más que reconocer una realidad palpable.

Yo me pregunto si un modelo similar, donde las productoras lanzasen sus productos a la red sin protección alguna, sería posible en la industria del cine, donde los costes de producción por unidad son mucho más grandes que en la industria de la música.

La cosa tiene su enjundia, puesto que las grandes productoras cinematográficas están trabajando con fabricantes de dispositivos y con empresas del sector tecnológico (entre ellas IBM) para la creación de un DRM estandarizado, y con niveles de seguridad mucho más altos que los actuales, para incorporarlo a la próxima generación de dispositivos de alta resolución.

Pero si funciona el modelo de EMI y, de hecho, se vende música sin DRM ¿no podría hacerse lo mismo con el cine?

Tendría que ser un modelo de negocio basado en la velocidad: se produce la película, se explota al máximo en cines en apenas unas semanas desde el estreno, y a partir de ahí se sitúa en el catálogo de venta online para aprovechar su valor residual, sin concederle mayor importancia al hecho de que haya gente que las copie sin pagar. Podría funcionar.

Comentarios