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Ayer fui testigo del fin de una era: la de la televisión

No le cuento nada nuevo a la mayor parte de los bloggers si les digo que las nuevas tecnologías le van a pegar un serio revolcón al sector de la televisión en los próximos años.

La televisión bajo demanda es un hecho tecnológicamente plausible. La asociación de feeds RSS con el vídeo convierte las parrillas de programación en algo totalmente obsoleto, y no digamos lo obsoleto que se quedará el concepto de un programa interrumpido por inmisericordes oleadas de anuncios. He oído que cadenas de TV americanas ya ofrecen sus programas (sólo los de producción propia, hay problemas de copyright por en medio) a través de Internet mediante feeds RSS.

Además, Internet rompe las barreras espaciales. El concepto "porcentaje de territorio con cobertura" ya no tiene ningún sentido.

Pero lo que no suponía, y ayer aprecié en toda su extensión, es que estábamos tan cerca de que se produzca dicho revolcón en el sector televisión.

Ayer yo estaba más interesado en el partido Holanda-Argentina que en el partido Costa de Marfil-Serbia y Montenegro (a la postre este segundo partido fue más interesante, pero esto no es relevante ahora).

Por supuesto no iba a esperar a la emisión en diferido (me duermo con facilidad), y no tengo canal digital para hacer la tontería de pagar por ver un partido.

Así que vi el Holanda-Argentina en directo a través de Internet en un canal de televisión chino. Cierto que me perdí los comentarios y que tuve que ver algunos anuncios publicitarios chinos (tienen su gracia), también es cierto que la imagen no era técnicamente brillante. Pero esto no tiene demasiada relevancia. La clave es que no sé qué moverá a las televisiónes a pagar millones de euros por derechos de emisión de un Mundial de fútbol dentro de cuatro años.

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